Es sorprendente que las diversas terminales del Aeropuerto de Múnich, una junto a la otra, sean independientes. Necesita una actualización.
Afortunadamente tengo aún muchas cosas que ver y decidir sobre este viaje y puedo aprovechar el tiempo muerto para investigar en Internet diversos trayectos en Java que aún no tengo decididos y es que este año no he dedicado tanto tiempo a prepararlo y además Indonesia no es tan recurrente como otros países del Sureste asiático y cuesta más encontrar algunas informaciones aunque al final resulta sencillo, como siempre.
El embarque hacia mi siguiente escala es puntual y el Airbus 340-600 con destino Abu Dhabi sale a las 22,40. Como es habitual en mi fila esta sentada una familia árabes con 4 niños revoltosos que afortunadamente se calman tras el despegue.
El aeropuerto de Abu Dhabi, en el que ya he estado en dos ocasiones anteriores es un hub internacional con destinos a todo el mundo pero especializado en conexiones desde Europa a Asia y África. El crecimiento año a año es bestial y aunque se trata de instalaciones enormes esta quedándose muy pequeño. A la hora que llego yo, sobre las 06;00 hora local, se encuentra saturado. Es difícil encontrar donde sentarse, los pasillos y zonas comerciales están abarrotadas y claro ejemplo de ello es la sala de fumadores, en la que solo por entrar ya te has fumado un paquete ya que el aire esta totalmente enrarecido y resulta difícil acabarse un cigarro sin que escuezan los ojos. Imagino que el olor con el que la gente salimos de allí debe dejarnos marcados como usuarios del mismo durante el resto del viaje 😀😀
Por lo demás hay que decir que se trata de una gran instalación en la que es fácil manejarse y que resulta entretenida. En este caso la escala es de algo menos de 3 horas. He tenido suerte y he encontrado un enchufe libre para cargar el IPad hasta que llamen para el embarque y aprovecho para ir poniéndome al día con el blog que ya lo tengo un poco oxidado desde el año pasado. Esta vez el avión será un Boeing 777-600 y he pasado las seis horas y media durmiendo hasta que me avisaba mi vecina para la cena, rellenar el documento de inmigración o el desayuno, cosa que agradezco porque debo dormir algo en el hotel y empezar mañana sin que se noten las cinco horas de diferencia horaria.
La llegada al Aeropuerto de Bangkok me sorprende por la rapidez, ésta vez, del control de migración, apenas 3 minutos cuando lo habitual es perder al menos 40, un rato mas para recoger mi mochila en la cinta mientras ya había cambiado un poco de efectivo para coger el taxi que por unos 12 euros me dejó en mi hotel de siempre en esta ciudad. Hotel Narai, céntrico, barato y lleno de españoles ya que lo utiliza una mayorista, Asia Spirit, como base para sus tours. De hecho yo lo conocí a través de ellos la primera vez que viaje sólo. Esta en Silom y puedes ir andando altercado nocturno de Pat Pong donde esta lleno de mercadillos, restaurantes callejeros, casas de masajes y algunas cosas mas inusuales en nuestro país que resultan aquí muy entretenidas.
Como siempre llovió, pero apenas fueron 20 minutos, lo que refresca el ambiente y deja una temperatura ideal, de hecho, mucho más agradable de la que estamos teniendo en España estas ultimas semanas.
En época de Monzones es típico un fuerte aguacero que apenas dura unos minutos, no hay mas que esperar a que escampe y seguir tu camino.
Tras registrarme, una vuelta por el barrio, un buen masaje tailandés para relajar los músculos tras 24 horas de viaje, cenita y a la cama que mañana salgo para Indonesia y empieza el viaje en si.
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