Aùn así creo que he llegado pronto, porque hay muy poco movimiento, incluso los simpáticos chicos que deben cargar con estos gigantes parece que aún no han despertado y los pocos puestos de souvenirs y comidas todavía no están montados por lo que veo que estoy junto al más conocido de los cafés de la ciudad, el Café Batavia, una especie de local similar al de la película Casa Blanca y que aún mantiene todo su esplendor de antaño con música en directo por las tardes aunque yo me tengo que conformar a estas horas con el sonido ambiente de música europea de los años 20.
Curiosamente el local permite fumar en su interior y tiene un magnífico aire acondicionado. Los precios son baratos pero casi europeos y aprovecho para hacer un dispendio de 10 euros en un "Kopi Luwak" o café de civeta, si, esos que han pasado por el tracto digestivo del simpático animal y tratados una vez han sido excretados....😀😀, pero he de decir que no sabe a lo que todos piensan, solo a café. Es un producto que se produce en el país y no podía irme de aquí sin probarlo.
Tras el café parece el momento de empezar a callejear por aquí. No hace mucho calor y a la sombra se está bastante bien e incluso hay una ligera brisa fresquita, sin lugar a dudas un tiempo mucho más agradable del que he dejado en Palma.
Primero he visitado el Museo de Banco de Indonesia, muy moderno e interesante aunque he estado menos de media hora porque a las 11,30 cerraban hasta las 13,00 por la oración, que entiendo que es la hora de la comida, porque aunque sea el país con mayor población musulmana del mundo también es cierto que es muy moderada y salvo los velos en algunos casos, que nunca tapan la cara, no hay mucha diferencia con el resto de ciudades del Sureste asiático donde conviven en armonía con otras culturas y religiones, budista, cristiana, chinos, indios... Lo más interesante del museo que supone el 90% del mismo es el relato de la crisis financiera que tuvo este país en 1997 y que salvado las diferencias fue muy similar a la vivida en Europa en 2007. Cerraron 16 bancos y tuvieron que acudir al FMI de urgencia. Tras los años se congratulan de haber solucionado la situación después de un rescate bancario, en proporción, mucho más importante del que hemos sufrido en Europa.
Tras asumir algunos "riesgos" cruzando las calles en las que no existen muchos semáforos y ningún paso de peatones, recorro gran parte del barrio, empezando por el canal construido por los holandeses en el S. XVII y que aparentemente arrastra aguas fecales. Durante un par de horas recorro calles y callejones donde se concentran los oficios. Me llama la atención un área en la que varios locales se dedican a la fabricación de letras para rótulos comerciales, generalmente metálicos.
Salvo en la zona del Café Batavia donde encuentras unas docenas de extranjeros, por el resto de las calles vas sólo entre la gente del lugar. Algunos sonríen, algunos escolares te saludan, pero en ningún caso se acercan a ofrecerte o pedirte algo. Es obvio que el turismo no ha llegado a esta ciudad aún y que además se trata de gente amable y tranquila. Por otra parte las calles se encuentran limpias si bien faltas de mantenimiento.
Llega la hora de la comida, busco un puesto callejero en el que por un euro me dan "Soto ayan" ante la imposibilidad lingüística de elegir. Es una especie de curry de pollo y verduras acompañado del habitual arroz. Solo averiguo lo que he comida al pedirle con gestos que me indique lo que he comido de entre los rótulos del puesto. No estaba nada mal.
Posteriormente he cogido un taxi, esta vez de los blancos y aunque no he tenido problemas creo que el taxista tenía algún problema nervioso, no paraba de tocarse la cara y se quedaba medio dormido... Pero con el tráfico que hay tampoco suponía mucho riesgo....pobre hombre!!!. Lo cierto es que para volver al hotel he cogido otro taxi blanco y quería cobrarme 50.000 rupias (3,5 euros), le he dicho que no, que taxímetro y al final, con propina que el tío era majo, han sido 40.000. Definitivamente mi recomendación es coger siempre los azules.
Mi destino era la plaza Merdeka y sus alrededores que he recorrido a pie durante varias horas. Se trata de un parque enorme con un monumento simbólico de la ciudad y que está rodeado por la parte más moderna de la ciudad. Una zona cuidada que mantiene algunos rincones curiosos y en la que ya se puede ver a algún occidental más, pero poquitos!!!. Desde ahí nacen las grandes avenidas que conforman el Jakarta moderno. Aquí hay mas semáforos, incluso he visto un par de los de peatones (en sitios emblemáticos) y algún que otro paso de peatones, aun así he tenido que hacer unos cuantos cruces de calles algo delicado.
Este bicho de 132 metros esta dedicado al ex-Presidente Sukarno (en algunas guías se le define como Sukarno's last erection...
Aquí estuve yo...
Las calles adyacentes a los grandes edificios en esta zona tienen más actividad en la calle ya que el resto es para los coches y las motos.
Aunque te puedes meter en algunos barrios que han quedado aislados del desarrollo urbanístico como éste.
Y encontrarte callejones como éste donde la gente tiene una vida totalmente apacible. Este en particular no tenía salida.
Para esta noche he decido quedarme en la zona del hotel, llamada Mangga Dua por ser el nombre de un centro comercial bastante grande y destinado casi exclusivamente a la electrónica. Para cenar me he decidido por un restaurante local. Le he pedido probar el pollo y me lo ha puesto en todas sus variedades, así otra vez aprendo a pedir!!! Antes de eso había ido a un sitio de reflexologia chino donde un masaje de 90 minutos valía unos cuatro euros, he pedido sólo media hora pero me lo han cobrado entero... no he dejado propina. 😀😀
En general me ha gustado mucho esta ciudad. Pienso que es un error omitirla en los viajes a Indonesia ya que la gente suele enlazar el día que llega con Yogyakarta, mi destino de mañana. Puedo que no tenga la espectacularidad de algunos edificios de Singapur o Kuala Lumpur y por supuesto queda muy lejos del ambiente cosmopolita de Bangkok pero tiene un gran encanto y es una ciudad acogedora pese a su enorme tamaño.
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