lunes, 10 de agosto de 2015

10-08-2015 Ijen Plateau y camino a Ubud en la isla se Bali.

El despertador ha sonado de nuevo pronto, a las 3,30 de la madrugada para salir hacia Ijen Plateau a las 4. Tras 2,10 horas de trayecto por un carretera que parecía un patatal llegamos a la base de la montaña en Paltuding. Ahí comenzaba un treking muy duro, eran sólo 3 kilómetros pero había que subir casi 550 metros y si mis matemáticas no me fallan eso supone una pendiente media del 18%.
Me ha costado una hora exacta subir. 

La verdad es que cuando he visto este cartel ni me había fijado en lo que me esperaba.

Por el camino iba fundamentalmente joven, también me he cruzado con alguna persona mayor y un par de críos.... Arriba no he visto a ninguno de ellos.

Una de las cosas que màs impresiona es ver como muchísimas personas (yo me habré cruzado con al menos 100 de ellas), suben todos los días. No sé si una vez o màs, luego bajan hasta el cráter y recojan piedras de azufre, sin ninguna protección mas que botas de plástico rota y una mascarilla de antes de la guerra, y cargan hasta 70 kilos en dos cestas que unidas por un palo llevan sobre la espalda y el cuello. Algunos van con carretillas aunque con éstas no creo que puedan bajar al cráter.

Yo no he bajado al cráter, algunos lo hacían, pero estaba expresamente prohibido y además los gases podían ser especialmente tóxicos 

Subir la carretilla es mas lento que subir sin ellas, yo he adelantado a todos ellos por lo que imagino que les debe costar hora y cuarto o algo màs.

Este hombre baja con sus entre 50 y 70 kilos de azufre. El camino resbala mucho por la pendiente y la tierra y ellos van con pasos muy rápidos y cortos, casi como si hicieran marcha atlética.

Aunque no se aprecie en la foto las rampas eran mortales.

Ya llegando a la boca del cráter las carretillas aparecen aparcadas.

Por fin... Me ha costado pero he llegado!!!!

Este hombre me ha acompañado todo el ascenso y me ha comentado algunos detalles del trabajo. Le he dado una propina que creo que es màs de lo que cobra acarreando todo ese peso, pero el hombre ha sido encantador y se ha quedado muy contento...

El cráter tiene un lago de agua de lluvia, supongo. Que en contacto co el azufre que emana del interior de la sima fea esta nube de vapor.


Ahí bajo es donde recogen las piedras de azufre.

Detalle de los pedruscos.

Sólo de verlo ya cansa... pobre hombre!!

Momento en el que comienza la vuelta.

Los paisajes no se apreciaban bien por la niebla, habían mas volcanes en la zona.

Momento del descenso, en una zona llana, con tres porteadores.

El descenso me ha costado 45 minutos y es que es realmente difícil llegar sin caerte. Yo me he resbalado bastantes veces... como todos, pero la verdad es que no he visto a nadie caerse.

A eso de las nueve ya habíamos bajado todo el grupo, menos una pareja que se lo ha tomado con calma y nos ha hecho esperar una hora, momento que hemos aprovechado para desayunar (en mi caso por segunda vez).

Ya solo nos faltaba llegar al puerto donde debíamos coger el ferry que debía llevarnos hasta la isla de Bali. Mientras tanto la carretera atravesaba zonas de bosque tropical, con sus monos todo eso para posteriormente llegar ya a la zona más cultivada donde predomina el café.


Carretera de vuelta, este ha pero bien pavimentada. Creo que debe ser reciente porque en la guía indica que no existe una carretera que cruce desde el Parque Nacional hasta la costa Este. Antiguamente había que volver por el Norte lo que supondría al menos un par de horas mas de las dos que nos ha costado a nosotros llegar al puerto de Ketapang.

 Planta de café. Aun está verde.

Este la famosa civeta. Posiblemente el único animal en el mundo al que le está permitido comerse la cosecha... y es que cuando la digiere y la defeca, el valor de ese café se multiplica por 10. Además del café yo también les gustas los móviles, de hecho casi le da un bocado al mío.

Nuestro autobús de ayer y hoy.

Una vez llegamos al puerto el proceso es rapidísimo, nos han dado los billetes y nos hemos metido en el primero que estaba soltando amarras y es que sale uno cada quince minutos, por lo menos ahora, aunque la mayoría del pasaje era gente local.

La travesía apenas dura media hora y el canal entre ambas islas está muy tranquilo, incluso en el puerto el agua se ve azul,

Salida de Ketapang en la isla de Java.

El ferry atracando en Gilimanuk, ya en la isla de Bali 

En Bali hay una hora mas que en Java, por lo que aunque hemos salido sobre las 11,15 de Ketapang, hemos llegado a Gilimanuk sobre la una de la tarde. La verdad es que se nota ese tiempo más de luz, porque aun he llegado a mi guesthouse antes de anochecer y eso que aún me quedaba unos 100 kilómetros que han necesitado cinco horas largas para completarlos.

Buscar la estación de autobuses del puerto ha sido fácil, allí el grupo nos hemos separado ya que cada uno iba a un destino en la isla diferente y de hecho es que ni siquiera nos hemos despedido... Pero bueno, eran buena gente.

He cogido el primer autobús que salía para Denpasar, porque no existe línea hasta Ubud, mi destino de hoy. Por si acaso había mandado un correo a la guesthouse diciendo que llegaría tarde y preguntándole la mejor forma de llegar allí y me ha confirmado lo que ya sabia.

El autobùs ha costado 4 euros, teniendo en cuenta que ofrecia ventilación natural... Iba con la puerta abierta ... no está mal.

He cogido el primero que salía de los todos iguales que había en la Estación con destino Dempasar, la capital, y ha sido uno, si no el que más, de los más cochambrosos en los que he viajado en mi vida (creo que en Laos y Camboya tiene más glamour). Afortunadamente he encontrado asiento para mi y para mi mochila. Yo tenía que sacar las piernas al pasillo, como casi todos. Lo que no entiendo es donde las metían los que iban en ventanilla. Han sido poco más de cuatro horas sin sobrepasar los 40 o 50 kilómetros por hora y es que hasta los viejos camiones cargados y motocicletas nos adelantaban constantemente sin contar las mas de 15 paradas que habrá hecho para que subiera o bajara más gente.

Pero finalmente hemos llegado hasta la estación de Dempasar Ubung, que te evita entrar en la ciudad, caótica como todas las del país, y desde allí, tras negociar con dos taxis he conseguido que me llevo en hasta Ubud usando el taxímetro. Casi una hora de recorrido por unos 12 euros. La verdad es que los taxis en este oasis están tirados y eso que en Bali es todo un poco más caro.

Tras descargar mochila y darme la necesaria ducha he dado un pequeño paseo por la zona del hotel de esta localidad, absolutamente de moda y fuera de las tumultuosas zonas de playa. Hay un montón de restaurantes tipo europeo, tiendas... nada que ver con el resto del país,

Mañana pensaré como me organizo estos días ya que se me ha ocurrido que posiblemente vaya a la isla vecina de Lombok y también a las islas Gili, por lo que posiblemente dedicare el día a visitar esta ciudad, buscar opciones de traslado y sobretodo descansar, que me hace falta.

Mi guesthouse, Ubud Dream, en una casa tipo palacete de la zona, encantador lugar.

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