4-8-2015
Llego pronto al Aeropuerto de Semarang que es como de los años 60, le falta una modernización ya porque choca con la moderna ciudad, aún así parece efectivo. Nada mas facturar me anuncian un retraso de media hora... bueno, no pasa nada. Paso a la zona de embarque y veo la Diplomátic Lounge, una especie de sala VIP que por el precio de casi 4 euros te ofrece wi-fi, desayuno y una sala de fumadores "moderna" ya que fuera hay una especie de pecera un tanto incómoda, así que entro a esperar y casi tomo un horrible café que no he podido acabar.
Este es el primero con el que nos encontramos. Hacen mucho ruido cuando van entre los árboles porque rompen ramas.
En los mostradores de facturación todos eran indonesios que parecía volvía a casa tras hacer compras porque casi todos llevaban cajas.
Tras recoger la mochila y salir del aeropuerto me están esperando los chicos de la compañía Come2Indonesia, el dueño es un canario casado con una Indonesia con Agencia en España también.
El grupo de 8 que componemos el pasaje está formado por cuatro chicas de Madrid, una pareja de Barcelona y una chica catalana monitora de buceo en un barco en Bali que lleva ya unos cuantos años viviendo en Indonesia, india y Filipinas. Una trotamundos.
Sobre la una de la tarde zarpamos y nos dirigimos directamente a uno de los puntos de alimentación de los orangutanes que viven en libertad en este Parque Nacional. Durante el trayecto comemos y nos conocemos un poco. La verdad es que todos son majisimos, un buen grupo.
Al llegar al embarcadero de una antigua aldea andamos unos cientos de metros a través de la jungla y pronto ya nos encontramos con alguno de estos extraordinarios animales tan parecidos a nosotros. El resto no se puede contar con palabras, mejor con imágenes aunque estas no sean de gran calidad, pese a que los tenemosa a no más de 15 ó 20 metros en el peor de los casos y saltando de rama en rama sobre nuestras cabezas en varias ocasiones.
El primero en acudir a la comida, se trata del macho Alfa de la manada y es el primero que come. Nos dicen que hemos tenido suerte porque normalmente se encuentra controlando su territorio que suele ir de dos a tres kilómetros a la redonda.
Tras un par de horas admirando los movimientos y actitudes tan "humanas" de los orangutanes, volvemos al barco para seguir nuestra trayecto, esta vez observando a las familias de monos narigudos que están sobre los árboles junto al río donde se sienten más seguros de sus depredadores naturales.
Estos viven en familias de bastantes miembros y es alucinante ver como en algunos casos pegan saltos de 8 o 10 metros, de un árbol a otro, incluso con un bebé narigudo en su regazo aunque lógicamente no he tenido tiempo de fotografiar ese momento estelar.
A partir de poco más del embarque nos hemos quedado sin señal de internet, aunque si la hay de teléfono. De hecho he recibido un SMS de Telefónica intentando venderme algo!!!! Es increíble que habiendo contratado un bono para "resto del mundo" en internet y por tanto saben que estoy fuera, te sigan mandando publicidad...😡😡😡
El trayecto se desarrolla en una zona totalmente vurgen que solo se puede atravesar por el río, de hecho el parque natural va desde la orilla sur del río hasta el mar. El paseo por el río, además de absoluta relajante resulta precioso. Las aguas cambian de color, desde los primeros marrones típicos de los ríos asiáticos debido a los sedimentos que arrastra, hasta el rojo, según dice por los restos de los buscadores de oro y hasta verdes de distinta tonalidad. Hay bastante trasiego de barcos que hacen esta excursión de uno o dos días por el parque y ocasionalmente se ven piraguas de pescadores locales. El agua sin embargo no es apta para el baño, no por la suciedad sino por los cocodrilos, aunque hace ya más de 10 años que nadie ha muerto por esta causa. La verdad es que cocodrilos no he visto aunque mis compañeros de viaje dicen haber visto uno pequeñito.
Tras una fantástica cena local preparada por la cocinera del barco, la tripulación prepara las camas y las mosquiteros y a poco más de las 9 estamos metidos todos dentro y francamente no me costó demasiado conciliar el sueño, incluso he tenido que taparme con la manta del avión.
Uno de los "dormitorios" en la terraza con las mosquiteras puestas. La verdad es que he dormido mucho y bien.
Día 5 de Agosto. A las seis de la mañana ya estamos todos de pie y aprovecharnos para ducharnos y asearnos. Los baños del klotok no son precisamente lujosos y aunque tienen taza también hay un cazo para tirar el agua desde un barreño. La ducha, como en casi todos los baños modestos asiáticos se halla en el mismo espacio sin plato, solo,una ligera pendiente lleva el agua hasta el desagüe.
El desayuno, estupendo también, lo tomamos ya en marcha hacia nuestro nuevo destino, otro punto de alimentación de orangutanes a un par de horas de allí. Tras amarrar andamos unos cientos de metros por la jungla donde podemos ver, además de algunos animalillos algunas plantas carnívoras que efectivamente se alimentaban de insectos como hemos podido comprobar in situ.
Esta vez teníamos a los orangutanes mas cerca: machos, hembras con bebés a cuestas... Es increíble ver como hay una jerarquía bien definida entre ellos que hacen que los más jóvenes o de otras familias se vayan de la comida cuando llega el "jefe" y no vuelven al lugar hasta que éste lo ha abandonado.
De vuelta al barco para ir a Camp Leakey que es un centro de recuperación y estudio de los orangutanes. Hemos comido amarrados y ya nos ha sorprendido uno de los ejemplares que se ha acercado hasta allí al parece buscado comida.
El orangután aparece en el muelle ante la sorpresa de todos los que estábamos amarrados en los barcos.
Después hemos podido ver a esta ejemplar hembra que según nos cuenta perdió a su bebé y ya no puede tener mas tras una operación y ahora se pasa el día entre los humanos del campo bastante deprimida.
En el puesto de alimentación del Camp Leakey los orangutanes saltaban por encima nuestro y tenía la plataforma de alimentación con jabalíes bajo, con los que no se llevan nada bien.
Un tema curioso aquí ha sido la llegada de un gibón dando increíbles saltos de más de 10 metros entre árboles a una velocidad de vértigo que ha acudido a coger comida sin aparentes problemas con sus primos.
Normalmente sabes cuando un ejemplar de mayor jerarquía viene porque los que están comiendo en ese momento cargan en boca, manos y pies todos los plátanos que les caben y suben a un árbol cercano o se van. Además siempre puedes notar la llegada de los más grandes ya que se oye el sonido de las ramas romperse cuando se apoyan, ya que normalmente utilizan lianas para desplazarse (habitualmente no como Tarzàn, sólo como elementos de apoyo 😀😀😀 aunque también se columpian lo suyo).
Pescadores locales. Comimos dos veces pescado en el barco y se podia comer.
Nos dirigimos a las cercanías de Kumai, ciudad que también da nombre al río por el que hemos navegado estos dos días y que marca el inicio del Parque Nacional. Ya es de noche y la cantidad de estrellas que pueden verse ya nos las recordaba desde hace muchos años dada la nula contaminación lumínica y para màs sorpresa aún miles de luciérnagas que no recordaba desde que era un niño. Algunas palmeras parecían árboles de Navidad e incluso cuando nos acostamos en el barco a las poco más de las nueve de la noche y apagaron luces podíamos verlas volateando por dentro del barco.
Una experiencia que vale la pena. Como dato curioso el guía nos comenta que el 70 % de los visitantes del Parque Nacional son españoles. La verdad es que prácticamente eran todos 😀😀, lo cierto es que en Yogyakarta ya me pareció que somos los visitantes más populares.
Las plantaciones de palmeras para la producción de aceite de palma está destruyendo los ecosistemas de estos simpáticos animales. Los recursis del pais no son suficientes. Quizás venir hasta aquí ayude a salvarlos en un futuro. De momento la población de orangutanes se está reduciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario